Dientes fijos
El hombre que no es nadie siempre quiso comerse el mundo pero sus frágiles mandíbulas, a duras penas, le permitían sobrevivir en un mundo dominado por tiburones, hienas, hombres de dos cabezas y margaritas carnívoras. Así que, con la ayuda de un tutorial que se bajó de internet, construyó con sus propias manos, una burbuja de titanio modificado, una poderosa especie de aleación invisible que, una vez dentro, le protegería de todo y, lo que es más importante, si fuese necesario, aplastaría a todos aquellos que planeasen hacerle daño. Y así fue.
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